Personal de Fuerzas Armadas localizaron un circuito de túneles que se conectan entre si y se extienden por debajo de toda la cárcel de Turi, en Cuenca. Este hallazgo se dio este 24 de enero de 2024.
Para la detección de estos túneles, los uniformados usaron georadares que funcionan mediante ondas electromagnéticas.
Estos equipos tecnológicos del Cuerpo de Ingenieros del Ejército realizan un barrido de las superficies para detectar tuberías, cables, cavidades, huecos, túneles o fosas.
Con estos dispositivos también se buscan escondites construidos por los presos para ocultar armas y drogas.
De hecho, según el Ejército Ecuatoriano, esos equipos pudieron determinar un pasillo que presuntamente serviría para que las personas privadas de su libertad improvisen un taller para fabricar objetos no autorizados en el Centro de Privación de Libertad N°1 Azuay.
Durante las operaciones militares en ese centro carcelario también se detectaron varios túneles que sirven de conexión entre los 9 pabellones.
El Telégrafo