Un nuevo acto delictivo ha conmocionado a la comunidad tras el robo perpetrado en una iglesia histórica. Los delincuentes ingresaron al templo a través de un hueco en el techo, presumiblemente por el campanario, descendiendo con una cuerda hasta el interior del recinto.
Al llegar al lugar, las autoridades encontraron señales de saqueo: cajones abiertos, un misal arrojado sobre el altar y el mantel del altar desplazado. Sin embargo, el único objeto sustraído fue el Sagrario, una pieza de cobre con 357 años de antigüedad, cuyo valor histórico es incalculable.
Se presume que el reducido tamaño del orificio en el techo indica la participación de una persona de contextura muy delgada. Cabe recordar que en diciembre de 2024, la iglesia fue blanco de otro robo, cuando los delincuentes también ingresaron por el campanario y forzaron los cepos de limosnas. En aquella ocasión, se reforzó la seguridad con una reja, pero ahora los criminales optaron por una nueva estrategia, rompiendo el techo.
A pesar de la existencia de tres cámaras de seguridad en el parque cercano, se ha confirmado que ninguna de ellas estaba operativa al momento del delito. La comunidad lamenta la pérdida del Sagrario y exige mayor seguridad para proteger su patrimonio religioso. Las autoridades han iniciado una investigación para dar con los responsables.
