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Habitantes denuncian descontrol y desorden en barrios de Latacunga

La tranquilidad de los barrios Rincón de Cotopaxi y Patronato Municipal, especialmente en la Avenida Unidad Nacional, ha sido alterada por la creciente presencia de libadores y escándalos en espacios públicos. Según denuncian los moradores de las calles Manuela Sáenz, Victoria Vasconez Cuvi, Susana Donoso y Gabriela Mistral, la situación ha generado un ambiente de caos e inseguridad, afectando la paz de la comunidad.

Los vecinos expresan su preocupación por la vulneración de sus derechos al buen vivir, la tranquilidad y la seguridad. Relatan que grupos de personas consumen alcohol en plena vía pública, bloqueando calles y generando ruido excesivo. Esta problemática se agrava debido a que la mayoría de los habitantes del sector son adultos mayores, quienes padecen los efectos de estas situaciones.

Falta de control y regulación municipal

A pesar de los esfuerzos de la Intendencia de Cotopaxi, los moradores critican la falta de medidas preventivas y correctivas por parte de las autoridades municipales. Según mencionan, la Municipalidad de Latacunga ha mostrado poca o nula operatividad para frenar esta problemática.

Además, los residentes reconocen que los establecimientos comerciales cuentan con permisos de funcionamiento, pero exigen que se garantice la seguridad y el respeto a los derechos de los habitantes. Señalan que, debido a la falta de control, se han evidenciado actos obscenos en la vía pública y el hallazgo de artículos utilizados para el consumo de drogas, como manzanas con sustancias ilícitas y jeringas.

Un llamado urgente a las autoridades

Los vecinos han realizado pedidos formales a concejales y direcciones municipales como Justicia Municipal, Seguridad Ciudadana y Gestión de Uso de Suelo, exigiendo la regulación de los permisos de funcionamiento y la aplicación inmediata de normativas.

Asimismo, instan a las autoridades a tomar acciones concretas para evitar que la situación continúe deteriorándose, especialmente los días jueves, viernes, sábado y domingo, cuando los desmanes se extienden hasta la madrugada.

“Los locales tienen derecho a trabajar, pero deben estar regulados. No pedimos que los cierren, sino que haya control para evitar el desorden y la inseguridad”, expresaron los moradores en su llamado de atención a las autoridades competentes.

La comunidad espera una respuesta inmediata que garantice la paz y seguridad de estos sectores, antes de que la situación se agrave aún más.

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