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Miedo y preocupación: hombres sentenciados en Tungurahua cumplen sus penas en la peligrosa cárcel de Latacunga

Desde el 23 de noviembre de 2024, el Centro de Rehabilitación Social de Ambato se convirtió en un espacio exclusivo para mujeres, lo que ha llevado a que todos los hombres sentenciados en Tungurahua sean trasladados a la cárcel de Latacunga, conocida por su historial de violencia y conflictos internos.

Esta medida, implementada por el Servicio Nacional de Atención Integral (SNAI), busca cumplir con normativas internacionales para la separación por género en los centros penitenciarios. Sin embargo, el traslado a una de las cárceles más peligrosas del país ha generado angustia entre las familias de los detenidos.

Un destino temido

El temor hacia la cárcel de Latacunga es palpable entre los familiares de los sentenciados. María J., de 71 años, expresó su angustia al no saber si su hijo, detenido por conducir en estado etílico, fue trasladado a Latacunga. “He oído tantas cosas de asesinatos y peleas en esa cárcel que tengo miedo por mi hijo. No quiero perderlo”, comentó entre lágrimas.

Gustavo Z., de 37 años, compartió un sentimiento similar respecto a su padre, sentenciado a un mes de prisión por conducir en estado de embriaguez. “Cuando mi mamá supo que lo iban a llevar a Latacunga, su salud empeoró. Todos estamos preocupados porque esta cárcel es peligrosa, y no sabemos qué pueda pasarle”, dijo.

El traslado y la seguridad

Según Cristina Montero Medina, directora de Movilidad del Municipio de Ambato, el traslado de los detenidos implica estrictas medidas de seguridad. “Necesitamos mucha más logística porque no se puede movilizar a estas personas sin resguardo en ningún momento”, señaló.

El coronel Fabricio Silva, comandante de la Subzona de Policía de Tungurahua, explicó que el SNAI define la ubicación de los internos según disposiciones internas, pero reconoció que el traslado a Latacunga genera incertidumbre debido a los riesgos asociados con esta cárcel de máxima seguridad.

Demandan soluciones locales

Ante el miedo y la incertidumbre, los familiares de los detenidos exigen alternativas locales para que los infractores de bajo riesgo no sean enviados a Latacunga. “No es justo que alguien con una falta menor, como conducir en estado etílico, termine en una cárcel donde hay tanto peligro. Necesitamos que las autoridades ofrezcan soluciones aquí en Tungurahua”, expresó un ciudadano.

Hasta el momento, las autoridades no han planteado una alternativa concreta, mientras el Centro de Rehabilitación Social de Latacunga continúa siendo el destino obligatorio para los hombres sentenciados en Tungurahua. La reputación de esta cárcel sigue generando miedo y preocupación entre las familias.

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