Latacunga inició el 2025 sumida en el miedo y la incertidumbre. Robos, asaltos y violencia marcaron un enero que muchos catalogan como uno de los meses más oscuros en la historia reciente de la ciudad. Mientras los ciudadanos claman por seguridad, las autoridades locales y provinciales se limitan a discursos y promesas que, hasta ahora, no se traducen en acciones concretas.
Los “Corredores Seguros”, una promesa vacía
Lo que en mayo de 2023 se anunció como un gran avance en seguridad, hoy no es más que un recuerdo. El proyecto de los “Corredores Seguros” –que debía contar con vigilancia permanente y patrullajes– ha quedado en el olvido. Hernán Ortega, síndico del Comité Pro-Mejoras del barrio La Estación, denunció que el programa no duró más de un mes y que ahora los sectores que debían estar protegidos están en completo abandono.
El alcalde Fabricio Tinajero, ante el aumento del crimen, se ha deslindado parcialmente de la responsabilidad. “La seguridad no es competencia exclusiva de los gobiernos municipales”, declaró recientemente, destacando que la falta de policías y recursos es un problema que debe resolver el gobierno central. A pesar de esto, aseguró que su administración ha implementado patrullajes nocturnos y creado comités de seguridad barrial. Sin embargo, para los ciudadanos, estas medidas no han sido suficientes.
El gobernador promete, pero la violencia sigue
Por su parte, el gobernador de Cotopaxi ha prometido que se reforzará la vigilancia en el cantón y en la provincia, pero hasta ahora, no se han visto resultados tangibles. Las calles de Latacunga siguen siendo escenario de robos a mano armada, asaltos a comercios y violencia, mientras los ciudadanos sienten que sus vidas y pertenencias están en constante peligro.
Policía: las cifras dicen una cosa, la realidad otra
El comandante de la Policía en Cotopaxi, coronel Fabián Pérez, informó que los índices delictivos han disminuido en la provincia en comparación con el mismo periodo del año anterior. Según sus datos, se registraron 14 delitos menos. Sin embargo, reconoció que esta estadística solo refleja los casos denunciados, dejando fuera la gran cantidad de delitos que no son reportados por temor o desconfianza en el sistema.
Mientras las cifras oficiales intentan pintar un panorama menos alarmante, la realidad en las calles es otra. En enero se registraron asaltos en gasolineras, robos violentos en farmacias y decomisos de drogas en plena vía pública. La gente ya no solo teme perder sus pertenencias, sino también su vida.
¿Y ahora qué?
Con el fracaso de los “Corredores Seguros”, el temor ciudadano en aumento y autoridades que solo ofrecen promesas sin acciones contundentes, Latacunga sigue sumida en la inseguridad. La gran pregunta que se hacen los habitantes es: ¿Cuánto más tendrán que esperar para recuperar la tranquilidad en sus calles?